Wednesday, September 09, 2020

Diario de Laboratorio, día 37

La mujer del vestido azul eléctrico sale del vagón y camina por la estación de metro, alguna en Berlín. Lleva una bolsa de plástico colgando de su mano con leche y huevos en ella. La estación está vacía y para llegar a la escalera de salida debe atravesarse un largo pasillo. Las paredes están cubiertas con cerámicos que reflejan el brillo de las luces de neón. La mujer, sin razón aparente, sufre un extraño ataque de risa a medida que avanza por el corredor, y su cuerpo comienza a sacudirse con violencia mientras su risa se torna insoportable y macabra. Entonces las risas mutan: ahora son gritos de furia, de dolor insoportable, como si algún ser alojado en su interior intentara desgarrar sus pieles para salir al exterior. Sin dejar de gritar en ningún momento, la mujer del vestido azul se lanza contra las paredes de cerámica, golpea la bolsa, y la leche y los huevos estallan ensuciando el vestido y todo a su alrededor. El ataque convulsivo y demoniaco continúa hasta que la mujer cae de rodillas y una sustancia blanca mezclada con su sangre sale a borbotones desde su espalda o nuca.-


Tuesday, September 08, 2020

Diario de laboratorio, día 36

Valoro la autenticidad de las personas por sobre cualquier otra cualidad. Cuando las personas dejan sus máscaras, se dejan fluir y siguen sus propias reglas. Empatizo con todos quienes no pueden evitar entrar en conflicto con el resto a causa de mostrar su verdadera naturaleza.


Monday, September 07, 2020

Diario de Laboratorio, día 35

Tal vez debí pedirle disculpas. Debí permitir que esas palabras salieran de mi boca en vez de tragármelas  y fingir que había hecho lo correcto. Y es que a veces lo que sentimos por otros es una maraña de cosas difíciles de definir o explicar, demasiado abstractas como para verbalizarlas. Por eso no fui claro cuando quería una explicación. No encontré una forma y de pronto, en un intento por proyectar lo que había en mi núcleo, todo se malinterpretó.-


Sunday, September 06, 2020

Diario de Laboratorio, día 34

Nunca me sentí particularmente atraído hacia la poesía. O tal vez nunca le di una oportunidad. Su abstracción y simbolismos me generan cierto rechazo cuando intento sumergirme en algún relato. Creo que me agradan más las historias. 

Saturday, September 05, 2020

Diario de Laboratorio, día 33

Algunas veces, cuando me preguntan qué hago, digo que escribo, que estoy trabajando hace un tiempo en una antología de cuentos. Omito esos dos años en los que me sentaba a escribir sin poder llenar ni una sola página, vacío de ideas, demasiado ansioso por derramar palabras que se negaban a salir. 


Friday, September 04, 2020

Diario de Laboratorio, día 32

Odiarte sería darte demasiada importancia. Por eso lo defino más bien como antipatía hacia tu persona, o hacia a tu personaje, porque es probable que nunca hayas mostrado algo diferente a eso. Un personaje construido a partir de vestigios de personajes. Personaje del personaje del personaje. Personaje Frankenstein. Personaje de partchwork. Eres un cajón de retazos que otros desecharon. Una estructura deforme y esperpéntica.-

Thursday, September 03, 2020

Diario de Laboratorio, día 31

 Matar a un Perro

La crudeza del protagonista y de las imágenes del cuento. Me siento especialmente atraído por las historias sórdidas que dejan ver lo peor de la raza humana.


Antártica

Es el tipo de relato que podría sucederme a mí o a cualquiera que tome riesgos como los que la protagonista toma. 


Wednesday, September 02, 2020

Diario de Laboratorio, día 30

La música melancólica que puede bailarse. Las historias extrañas e impredecibles, en libros y películas. Los perros. Los discos redondos. Los viernes por la noche. Los hombres, no sus cerebros. El sexo. La pasta. Experimentar cosas nuevas. La idea de un apocalípsis zombie. La idea del fin del mundo en general. Los misterios sin resolver. Las películas de terror.

Tuesday, September 01, 2020

Diario de Laboratorio, día 29

Tren bala

Teleférico

Submarino

Dirigible



Monday, August 31, 2020

Diario de Laboratorio, día 28

 Supongo que la perseverancia es algo que me agrada de mí mismo. Aunque muchas veces intente tomar el camino corto como primera opción, por lo general no funciona, así que debo intentarlo de nuevo y de alguna u otra forma consigo lo propuesto. La ambición y el ego son como fuerzas naturales que me impulsan a seguir, aunque sufra y me queje y odie todo. Continúo hasta el final, hasta que puedo agarrar eso con mis manos y hacerlo mío. Ese placer es el más grande de todos.-

Diario de Laboratorio, día 27

 Fina masa de harina integral de nuez sin glutén.

Salsa de tomate cherry de la temporada con un toque de romero y orégano.

Capa de fundición de queso aromático sureño, reposado y madurado durante 10 meses.

Rúcula fresca de semillas provenientes de Véneto.

Aceitunas sajadas en ceniza.


Diario de Laboratorio, día 26

 Ivo Alonso Dragojevic Hidalgo

Lago de las Halgas

Dada del Ganso

Lava de Diva

Diva del Ganso 

Friday, August 28, 2020

Diario de Laboratorio, día 25

 ¿Cuáles tu mayor miedo?

La muerte de M es el peor escenario que de vez en cuando se cuela en mis pensamientos y me quita el sueño. Cuando sucede en mi cabeza, desencandena una serie de sucesos que le quitan sentido a mi vida. Una noche, cuando B&O vinieron de visita desde Canadá, fumamos marihuana en el antejardín y luego me acosté junto a M en su cama. Al sentir su presencia a mi lado, imaginé la vida sin ella y fue como conocer la angustia en estado puro. Nunca antes me sentí tan mal y desesperado como en ese momento.

Thursday, August 27, 2020

Diario de Laboratorio, día 24

𝐓𝐞 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚𝐧 𝐚 𝐮𝐧 𝐜𝐫𝐮𝐜𝐞𝐫𝐨, 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫 𝟖 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬, n𝐨 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐫𝐞𝐬. ¿𝐐𝐮𝐢𝐞́𝐧𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐧?

  • A: Mejor compañero de v i a j e, en toda dimensión de la palabra.
  • M: Por todos los años de amistad y fidelidad, y porque nadie me entiende como él.
  • S: Porque alma gemela.
  • K: Nadie podría apañarme más que ella.
  • S: Por su mente y su forma de pensar.
  • A: Certera y con los pies en la tierra. 
  • C: Nunca juzga, siempre escucha y aconseja .
  • A: Aunque sean pocos años, ahora es indispensable. 

Wednesday, August 26, 2020

Diario de Laboratorio, día 23

𝐓𝐞 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐬 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐩𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐚𝐬𝐜𝐞𝐧𝐬𝐨𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐭𝐨𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐝𝐦𝐢𝐫𝐚𝐬, (𝐯𝐢𝐯𝐚 𝐨 𝐟𝐚𝐥𝐥𝐞𝐜𝐢𝐝𝐚). 𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫𝐥𝐞 𝐭𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐬.

- Cuando relees tus libros, ¿cuánto descubres que hay de tu propia vida en ellos aunque hayas decidido escribirlos completamente ficcionales?

- ¿Cuánto te costó generar un hábito de escritura?

- ¿Cuáles son las historias que te inspiran a escribir las tuyas propias?


Tuesday, August 25, 2020

Diario de Laboratorio, día 22

𝐓𝐞 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐡𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐢𝐝𝐨 𝐜𝐡𝐢𝐫𝐢𝐦𝐨𝐲𝐚, 𝐦𝐚𝐧𝐠𝐨 𝐧𝐢 𝐤𝐢𝐰𝐢. 𝐄𝐥𝐢𝐠𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐭𝐫𝐞𝐬 𝐲 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢́𝐛𝐞𝐥𝐞 𝐞𝐥 𝐬𝐚𝐛𝐨𝐫.

Para mí el kiwi sabe como sabría el color verde si fuera un sabor. Tiene un dulzor que se siente más bien discreto en el paladar, principalmente porque su acidez es alta e intensa y embarga la boca por completo, opacando otras sensaciones. Esa acidez me recuerda un poco a la del limón; empiezas a salivar enseguida y tus papilas gustativas lo perciben con tanta claridad que es como si el gusto colpasara, haciéndote sacudir el cuerpo como en un acto reflejo.

Monday, August 24, 2020

Diario de Laboratorio, día 21

¿Sabes algo de escritura automática? Toma un lápiz y papel y escribe de manera espontánea todas las palabras que lleguen a tu mente. Llena una o dos páginas.

si hay que elegir un lugar es probable que nunca sería este entonces hay que seguir en la búsqueda interminable de un rincón en el que uno sienta que pertenece de alguna forma u otra es extraño y es difícil y es injusto también que estemos determinados por el lugar en el que nacimos y que no podamos decidir con facilidad y libertad el lugar en donde en verdad nos sintamos cómodos hay que luchar y pelearla y seguir así hasta conseguir algo lo que se lucha se valora más así que intento verlo desde ese punto de vista pero a veces la ansiedad es demasiada y empiezo a pensar en que tengo 31 años y no me siento resuelto ni tengo claro para qué soy bueno ni qué haré con mi vida es inevitable compararse con otros y sentirse menos o sentirse tonto es desesperante la sensación de encierro de no poder moverte o hacer algo por cambiar tu vida ahora mismo como antes podíamos hacerlo siempre tomé las oportunidades que aparecían en el camino y ahora es como si no hubiese alguna cerca y crece la idea de que el encierro se extenderá por mucho tiempo y tendremos que acostumbrarnos a estar así esperando por un futuro mejor o más sencillo que este que nunca llegará menos en un país como este que no te garantiza nada ni mucho menos tu estabilidad mental o tu realización personal puede que afuera nunca me destaque en algo en realidad pero se siente distinto el tener una vida así en la que todo es más sencillo y no se trata de sobrevivir aquí en cambio es supervivencia y eventualmente sí puedes convertirte en alguien brillar por alguna razón pero de qué sirve si igual todo se va a sentir injusto y complejo y hasta desesperanzador qué hacer entonces adónde ir y cómo salir de aquí son cosas que me pregunto todos los días y ahí es cuando viene la angustia de no tener ninguna certeza y de que cada día se parezca más al anterior y al que vendrá cómo poder estar tranquilo con esa idea del futuro invariable y oscuro este es el mundo que nos tocó vivir y el mundo que decidimos tener y construir ahora sólo nos queda vivirlo y cambiar si es que existiera una siguiente etapa aunque eso es incierto mejor no hacer planes ni imaginar nada ni creer que somos dueños de algo porque ya no lo somos ni seremos nunca más la vida es ahora y es bueno tener diferentes planes pero jamás confiarse en ninguno de ellos porque las cosas podrían cambiar igual que en marzo ahora hay que estar aquí e intentar crear un universo paralelo que pueda rendir frutos y traer cosas buenas

Diario de Laboratorio, día 20

𝐈𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚 𝐲 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐬𝐢𝐭𝐮𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐢𝐝𝐞𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐜𝐞𝐝𝐞𝐫á 𝐞𝐧 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐚ñ𝐨𝐬 𝐦á𝐬.

Algún lugar lejos de Chile. Imagino Holanda o Alemania. Quizás Croacia. Tengo mi ciudadanía croata y puedo vivir legalmente en algunos países de Europa. También podría ser Canadá. Imagino que A está conmigo, que podemos salir a la calle, que tenemos una casa y amigos y un perro como el que siempre quisimos. A veces visitamos a nuestras familias en Chile, pero sabemos que son viajes breves. Estudié algo relacionado con edición literaria y me dedico a eso. También escribo, más que ahora, más que siempre. Hay muchos días nublados -como los prefiero- y salimos a caminar por la ciudad con abrigos largos y bototos y bufandas. Hay café y museos y algunas noches son de fiesta. Y aunque la ciudad nos llama, los domingos siempre son en casa, acostados viendo películas. La vida como siempre la quise.-

Saturday, August 22, 2020

Diario de Laboratorio, día 19

𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐚 𝐥𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐩𝐞𝐥𝐢́𝐜𝐮𝐥𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐢𝐬𝐭𝐞. ¿𝐂𝐮𝐚́𝐥 𝐞𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐥𝐢𝐜𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚?

El Fantasma (2000), Joao Pedro Rodrigues

La encontré anteayer en Mubi. La película muestra los días solitarios de un joven recolector de basura de Lisboa que se deja llevar por sus pulsiones sexuales. En su trayecto diario hace diferentes paradas para satisfacer su deseo sexual, incluso secuestrando a un hombre con el que está obsesionado. Así, sin muchos diálogos, vemos al protagonista transformarse en un animal, incapaz de poner límites a su instinto.-

Friday, August 21, 2020

Diario de Laboratorio, día 18

𝐄𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐥𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐨𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢́𝐟𝐢𝐜𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐧 𝐚 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐟𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚.

1. Papel de regalo

2. Útiles escolares recién comprados

3. Piscina de plástico

4. Colonia Old spice

5. Ropa guardada

6. Bloqueador en barra Rayfilter

7. Aliento de cachorro de perro


Diario de Laboratorio, día 17

Escribe una lista de las cicatrices que tengas en tu cuerpo. 

1. Quemadura de agua hirviendo en el antebrazo izquierdo. 1992. Parece la silueta de un buho.

2. Quemadura de agua hirviendo en el empeine izquierdo. 2017. Esa fue dolorosa y me tuvo un mes sin poder caminar. Es casi imperceptible a la vista: la piel luce un poco más oscura en esa área.

3. Marcas que dejó el acné en mi rostro. 2003-2006. Sí, la adolescencia siempre puede ser traumática. Es cosa de suerte si tu piel reacciona bien a los cambios hormonales. Mi barba las cubre casi por completo."Piel acontecida".

Wednesday, August 19, 2020

Diario de Laboratorio, día 16

¿𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐯𝐞𝐫𝐠ü𝐞𝐧𝐳𝐚? 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐢𝐫 𝐥𝐚 𝐞𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐜𝐨𝐫𝐩𝐨𝐫𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞.

Luego de que sucede, tomas conciencia de lo que pasó y sus implicancias y enseguida sientes ese pequeño agujero de calor en el estómago que en cosa de segundos se expande hasta abarcar todo el interior del vientre. Es como una marea interna de agua cálida que a ratos hierve hasta producir una sensación de hormigueo que se percibe demasiado real. Entonces la marea se transporta hasta tu rostro convertida en una ola de calor intenso que hace arder las mejillas. Justo en ese punto de ebullición comienza el mareo. Es un mareo discreto, difícilmente podría desmayar a alguien, pero lo suficientemente perceptible como para causar incomodidad. Toma una forma vaporosa que parece colarse en todo rincón de la cabeza. En ese instante sabes que es vergüenza, que es real y que es momento de desaparecer.-

Tuesday, August 18, 2020

Diario de Laboratorio, día 15

¿𝐐𝐮𝐞́ 𝐬𝐨ñ𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞? 𝐂𝐮𝐞́𝐧𝐭𝐚𝐥𝐞 𝐞𝐥 𝐬𝐮𝐞ñ𝐨 𝐚 𝐭𝐮 𝐝𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨.

Sucede en un lugar que se repite en mis sueños desde hace años. Es similar a un liceo municipal -en el sueño siempre tengo la noción- oscuro y laberíntico. La configuración de sus dos niveles es idéntica, lo que hace difícil distinguir en qué piso está uno. Ambos consisten en un largo pasillo apenas iluminado por las ventanas rectangulares situadas en la pared del lado derecho. Hacia el otro lado, las grandes puertas de las salas de clase que se repiten sin variación a medida que se avanza como luces en la carretera. 

No sé qué hago allí ni por qué, y tampoco puedo definir mis emociones y sensaciones, pero reconozco ansiedad y excitación anindándose en la boca de mi estomago. 

Las escaleras hacia el primer nivel son particularmente oscuras, y al bajarlas puedo percibir que hay un cambio en la atmósfera. Algo casi imperceptible en el aire que funciona como el botón de encendido de mis sentidos. Estoy alerta. No hay nadie alrededor. Hay una puerta prohibida. Son cosas que sé de antemano.

El pasillo de este nivel tiene baldosas jaspeadas blanco y negro, y las paredes son de hormigón crudo, como si la construcción del lugar nunca se hubiese terminado por completo. Pese a eso, es evidente en el estilo arquitectónico, demasiado angular y repetitivo, que es una edificación antigua.

Camino lento y con la idea clara del lugar al que me dirijo. A mitad del pasillo, tras una de las tantas puertas, está el baño. Desde allí vienen las voces y murmullos. Algo me llama.-

Monday, August 17, 2020

Diario de Laboratorio, día 14

¿𝐒𝐚𝐛𝐢́𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝟏𝟓 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐭𝐨𝐫𝐚𝐬 𝐡𝐚𝐧 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐍𝐨𝐛𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐋𝐢𝐭𝐞𝐫𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚? ¿𝐀 𝐜𝐮𝐚́𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐡𝐚𝐬 𝐥𝐞𝐢́𝐝𝐨? 𝐃𝐢́𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐢𝐧𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐠𝐚𝐫.

Sólo a Alice Munro y a Gabriela Mistral. Me siento mal por eso, aunque de ninguna forma significa que no lea a escritoras mujeres. Al contrario, me siento muy atraído hacia la literatura femenina y siempre estoy atento a las nuevas voces que surgen en Chile. 

Y en todo orden de cosas, siempre sentí que transitaba mejor en un mundo de mujeres. No sé si por ser gay o porque nunca encajé con las dinámicas de "masculinidad" propias de un mundo heterosexual adolescente, pero lo cierto es que mis zonas de seguridad eran siempre los espacios femeninos, donde encontraba protección y comprensión.

Hasta el día de hoy me es difícil encajar en grupos compuestos por hombres y me atrevería decir que he sentido desprecio por el hombre heterosexual común de este lado del continente.

No es extraño pensar entonces que me es fácil conectar con historias contadas por voces femeninas. En sus plumas percibo una mayor sensibilidad para comprender la complejidad del ser humano y del mundo.-


Diario de Laboratorio, día 13

𝐈𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚 𝐮𝐧 𝐝𝐢́𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐭𝐢. 𝐃𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢́𝐛𝐞𝐥𝐨.

15 de agosto de 2018

Repetir un día del pasado. Traer ese momento de regreso y reemplazarlo por cada día del calendario. No me cansaría de vivirlo una y otra vez. 


A y yo seguimos las indicaciones de Google Maps un día cualquiera. Atravesamos todo Vancouver en nuestras bicicletas, unas chatarras que compramos a buen precio en Hastings St., y de pronto nos encontramos con el lado más adorable de Canadá: la ciudad desapareciendo para convertirse en majestuosos bosques de pino. Son interminables y dominan las faldas de las montañas. Creo que A dice que está cansado y la subida es demasiado empinada. Le pido que no se queje tanto, que disfrute ese momento. También estoy cansado, pero no me importa. Es como si el bosque se hubiese escabullido dentro de mí. Quiero llegar a Lynn Canyon, cueste lo que cueste. Así que me apuro y animo a A a que sigamos. Y a ratos, muy dentro de mí, tengo la certeza de que nunca olvidaré ese momento, de que los minutos están dejando una pequeña marca en mi memoria.  Y luego de muchas horas llegamos al parque nacional y es mucho mejor de lo que esperaba. Puentes colgantes y cascadas y pinos alzándose al cielo más hermoso que hemos visto en meses. Es nuestro día de suerte. Estoy con A y, aunque no quiero aceptarlo, sé que es todo lo que necesito para ser feliz. Es mi día favorito y siento pena al pensar que se acabará. En algún momento no se podrá volver atrás.

If you're bleeding, undo.
And if you're sweating, undo.
If you're crying, darling, undo.
Undo.- 

Saturday, August 15, 2020

Diario de Laboratorio, día 12

𝐓𝐨𝐜𝐚 𝐜uatro 𝐬𝐮𝐩𝐞𝐫𝐟𝐢𝐜𝐢𝐞𝐬 𝐬𝐢𝐧 𝐥𝐞𝐯𝐚𝐧𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐬𝐢𝐥𝐥𝐚, 𝐲𝐚 𝐬𝐞𝐚 𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐮𝐭𝐚𝐝𝐨𝐫, 𝐮𝐧 𝐜𝐮𝐚𝐝𝐞𝐫𝐧𝐨, 𝐮𝐧𝐚 𝐭𝐚𝐳𝐚, 𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐞𝐬𝐚, 𝐞𝐭𝐜. 𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚 𝐚𝐝𝐣𝐞𝐭𝐢𝐯𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐢𝐫𝐥𝐚𝐬.

Mis dedos la rozan apenas y es como si kilos y kilos de azúcar disuelta hubiesen sido derramados sobre el piso hace años atrás, y ahora, con el paso del tiempo, se han solidificado hasta formar esta estructura granulada sobre la que escribo.

El estuche de los lentes tiene cierta particularidad. Nunca he visto un elefante ni mucho menos acariciado uno, pero tengo la certeza de que sus pieles deben sentirse así. Un poco escamosa, como si una lija gigante se hubiese deslizado sobre sus cuerpos con cierta sutileza hasta eliminar por completo la primera capa, la más humectada. 

Y el lomo del libro, sin duda, carece de singularidades al tocarlo. Mi dedo se desliza a lo largo y no percibe variaciones en su ruta. No hay espacios o partículas accidentadas, como si los átomos se hubiesen agrupado en perfecto orden, sin intentar diferenciarse los unos de los otros.

También está el osito de plástico, que en realidad podría adivinarse de piedra al tocarlo con los ojos cerrados. La realidad ambivalente de su materialidad está definida por su aspecto y no por lo que transmite al tacto. Su superficie se siente rígida y compacta, y al tocarla con suavidad agudizando mi piel, puedo percibir pequeños vacíos, como si acantilados microscópicos dividieran su extensión.



Friday, August 14, 2020

Diario de Laboratorio, día 11

𝐂𝐨𝐧𝐜𝐞́𝐧𝐭𝐫𝐚𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐥𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐫𝐮𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐜𝐡𝐞𝐬 𝐝𝐮𝐫𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐢𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐦𝐢𝐧𝐮𝐭𝐨𝐬.

Los ladridos agudos del perro de vecina.

Aves que intenta recibir algo de sol en días cada vez más cortos.

Motores de autos, muchos, que atraviesan la avenida principal a toda velocidad como si no hubiese cuarentena.

El sonido intermitente de una soldadora eléctrica.

A lo lejos, el mar, aunque no estoy seguro. ¿Podría ser que los rugidos de las olas estén constantemente sonando en las cabezas de quienes nacimos cerca del océano aunque el mar no esté ahí?

La voz de un niño que protesta. Es el hijo pequeño de la vecina en plena edad de pataletas. Es terrible escucharlo gritar.

Mi rodilla rozando la madera del escritorio frente al que estoy sentado. Es un sonido de fricción que no se detiene a causa de mi ansiedad. Siempre ha estado ahí,  pero es como si no existiera. Son los susurros de la costumbre.

Thursday, August 13, 2020

Diario de Laboratorio, día 10

𝐓𝐨𝐦𝐚 𝐚𝐥 𝐚𝐳𝐚𝐫 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨𝐬, 𝐜𝐨𝐩𝐢𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐭𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨𝐬. 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐚𝐫𝐦𝐚𝐫 𝐮𝐧 𝐟𝐫𝐚𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐥𝐥𝐨𝐬. 𝐃𝐢𝐯𝐢𝐞́𝐫𝐭𝐞𝐭𝐞.

El Final de un Sueño, de Nora Roberts

Un Hombre Enamorado, de Karl Ove Knausgard

Jamás el Fuego Nunca, de Damiela Eltit

Los Amigos que Perdí, de Jaime Bayly

La Edad de la Inocencia, de Edith Warthon

"Al final nunca le perdí el rastro, porque lo cierto es que estaba por completo enamorado de su inocencia. Lo seguí a todas partes durante unos meses, lo intenté todo. Pero al no obtener una respuesta, pronto deserté de mi objetivo. Sucede que a esa edad -o puede que en cualquier momento de la vida- un hombre y sus amigos jamás ponen las manos al fuego por alguien. Al fin y al cabo siguen siendo hombres, y jamás arriesgarán su sueño o propósito. Mucho menos por el amor de una persona".

Wednesday, August 12, 2020

Diario de Laboratorio, día 9

𝐈𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚 𝐚 𝐮𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐬𝐮𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚 𝐦𝐮𝐲 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚ñ𝐚. 𝐎𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐩𝐢𝐬𝐭𝐨𝐥𝐚𝐬, 𝐯𝐞𝐧𝐞𝐧𝐨𝐬, 𝐡𝐨𝐫𝐜𝐚𝐬, 𝐟𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐲 𝐚𝐠𝐮𝐚.

Decidió entonces que su suicidio no tendría como principal propósito terminar con su terrible existencia en un mundo que despreciaba. Ahora se trataría sobre él. Si nunca había sido el protagonista de su propia vida, ¿por qué no serlo al momento de ponerle fin? A estas alturas aceptaba su eterno rol de personaje secundario en todo ámbito de su vida, incluyendo la treintena de películas y obras de teatro en las que había participado en los últimos quince años. Si ese era su destino, lo sellaría con un final que lo alzara como el protagonista que siempre quiso ser. Una última jugada contra su destino cruel que, pese a sus incontables intentos, nunca le había abierto las puertas a sus sueños.

Todas esas ratas malditas que lo habían traicionado y despreciado sabrían al fin quién era en realidad. Verían su poder interior, el histrionismo del que era dueño, esa versatilidad sorprendente y su talento en una última interpretación. El gran protagónico que lo convertiría en una leyenda del cine. Le daría a las ratas lo que querían. Literalmente. 

Luego de consumir una alta cantidad de burundanga en su bebida, fue al granero de la granja abandonada al final del camino principal del pueblo. Era una vieja y precaria edificación de madera apolillada que ya había sido objeto de quejas de algunos vecinos por ser un verdadero nido de ratones. Pero no ratones comunes y corrientes, sino ratas del tamaño de un gato, de esas que no le temen a nada ni a nadie. De la misma especie de las que devoraron el dedo del bebé de una de las temporeras que trabajaba en la zona. Ratas agresivas y hambrientas.

Cuando sintió los primeros efectos de la droga, abrió el enorme balde relleno de queso derretido para fondue que preparó esa mañana. Al sacar la tapa, vio como algunas ratas empezaban a acercarse a él, cautelosas, pero sin miedo. Eran más grandes de lo que hubiese imaginado, con sus colas gruesas y pelajes jaspeados. Al borde de la inconciencia, vertió todo el contenido desde la cabeza a los pies. Sería el mejor festín que esos animalejos roñosos alguna vez tendrían. Y él, devorado por las ratas, daría el más memorable espectáculo de toda su vida.-



Tuesday, August 11, 2020

Diario de Laboratorio, día 8

Toda la gente tiene tics o gestos muy particulares. Piensa en familiares o amigos, elige un gesto y trata de describirlo.

A tiene los ojos redondos y grandes. Cuando me mira, es como si dentro de él aún viviera un niño que mira el mundo desde la absoluta inocencia. Sí, la mirada de A no distingue lo bueno de lo malo. Se posa sobre las personas sin el peso de los juicios, y es quizás por eso que se siente ligera, pese al tamaño de sus ojos. Su mirada no reclama atención ni requiere ser sostenida. Sólo busca una mirada que regrese con amabilidad desde otros ojos. 

Si le preguntara a A qué es lo que más le gusta de sí mismo, es probable que al final de la lista estarían sus ojos. Tengo cara de pájaro, me dijo una vez medio acomplejado. Pensé que tenía razón; había en sus ojos alguna semejanza con los de las aves. Pero, ¿por qué debía eso ser algo malo? Pensé en las gallinas, cuando mueven la cabeza de un lado a otro con la mirada estática. Hay algo adorable en la forma en que miran al su alrededor un poco ausentes, como si un monólogo interior tuviese lugar en sus pequeños cerebros de forma permanente. Tal vez A, tras esa dulzura de su mirada amigable, esconda un monólogo sin fin. Porque A es de esas personas que se cuestionan todo sobre sí mismos, todo el tiempo.

Alguna vez pude mirar a los ojos de A cada mañana al despertar en un tiempo no tan pasado. A veces se siente como ayer cuando lo tuve al otro lado de mi cama. Nunca durante esos días pensé en sus ojos. Estaban ahí, fijos, a la espera de esa mirada de regreso. Me pregunto si fui capaz de dársela.

O si ese día en el aeropuerto le dije a sus ojos con los míos cuánto me gustaban.-



Monday, August 10, 2020

Diario de Laboratorio, día 7

 De tus libros en papel, elige tres que salvarías en un incendio. Explica los motivos.

1. Fragilidad, de Pablo Illanes.

Fue la primera novela que leí siendo adolescente y, al mismo tiempo, el primer libro que me infundió el deseo de escribir una historia. La protagonista Montserrat Lecaros, una mujer agorafóbica de clase acomodada que vuelve a Chile luego de muchos años a enfrentarse con su pasado, me pareció una drama queen en toda dimensión. Por medio de ella desarrollé el gusto por los personajes exagerados, sufrientes, traumados y dramáticos. Creo que en mis cuentos siempre hay algún personaje que encajaría muy bien en drama televisivo.

2. La razón de los Amantes, de Pablo Simonetti.

Esta novela fue un regalo de graduación de una de mis tías. Ya había salido del closet hace un par de años y me había metido de lleno en la literatura gay, obsesionado con las novelas y cuentos de Lemebel. No sabía de Simonetti hasta que recibí su libro envuelto en papel de regalo. Me encantó la forma en que describía cada espacio y situación, los personajes que se sentían de carne y hueso y los giros que daba la historia. Seguí leyendo a Simonetti hasta el día de hoy. En esos años nunca imaginé que, más tarde, sería seleccionado por el mismo Simonetti para participar en su taller de escritura. Las vueltas de la vida. Las vueltas de la literatura. Todo puede convertirse en una novela.

3. Antología Los Huesos y Otros Cuentos, del concurso de cuentos de la Revista Paula.

Tiene un lugar especial en mi corazón. Mi primera publicación. Mi primer cuento en ganar un concurso. 2017, un año antes de irme de Chile, dos años luego de tomarme en serio la escritura. Ser publicado en el libro de cuentos de la Revista Paula me hizo creer en mí mismo y sentir que sí podía dedicarme a esto. Por un momento creí haber cambiado la dirección de mi destino. En verdad ahora no lo sé. Pero  ver mi cuento Zorros Albinos entre las páginas de este libro me llena de felicidad.





Diario de Laboratorio, día 6

Cuéntale al diario lo mejor que te pasó en las últimas 24 horas, lo que sea.

Recibí amor en cuarentena. Amor auténtico y puede que ajeno, pero amor al fin y al cabo. Me abrazaron y me besaron y me hicieron cariño y me cocinaron. Necesitaba amor y me lo dieron sin esperar mucho a cambio. También di amor, me entregué a ese momento y puse lo mejor de mí afuera. Porque no se puede ser mezquino con eso que sólo brota desde el interior. Se comparte y se entrega a quien esté dispuesto a recibirlo. Y muchas veces no hace falta conocerse demasiado con ese otro para que el intercambio fluya. Mucho menos desde el confinamiento. Muchas cosas que antes importaban, ahora ya no. La vida es frágil y los momentos se van. Este fue mi momento de entregarme a un amor ligero y agradable. Un amor efímero pero no por eso menos necesario o menos amor. Me gusta etiquetarlo como amor de cuarentena.-


Sunday, August 09, 2020

Diario de Laboratorio, día 5

Escribe una lista de cinco herramientas que nunca hayas usado.

1. Un estetoscopio.

2. Un fax.

3. Una motosierra.

4. Un astrolabio.

5. Una escafandra.




Friday, August 07, 2020

Diario de Laboratorio, día 4

 ¿Te acuerdas de libros que no terminaste de leer? Busca las razones y escríbelas.

No es algo usual en mí, ni siquiera cuando la historia no me gusta desde el comienzo. La sensación de dejar un libro inacabado me llena de ansiedad, así como una cama deshecha o la loza acumulada sobre el velador. Cuando no logro comprometerme con lo narrado, leo con urgencia y desganado, deseoso por llegar a la última página. Eso es mejor que estar consciente de que hay un libro sin terminar en mi librero.

Pero con Casa de Campo de José Donoso sucedió y de forma muy inesperada. Las expectativas eran altas considerando cuánto había disfrutado del laberíntico El Obsceno Pájaro de la Noche. El universo de Donoso entonces me pareció fascinante y enigmático, como si ese Santiago al otro lado del Mapocho fuese un lugar que necesitara investigar para calmar mi curiosidad. Es probable que hubiese una predisposición al sumergirme en Casa de Campo, lo que influyó en mi percepción de la historia (o del 20% de ésta, según indicaba mi Kobo al pie de página poco antes de renunciar).

Lo primero que me incomodó fueron los incontables personajes que configuraban la historia. Cada una de las familias que vivían ahí, sus lazos sanguíneos y políticos, sus integrantes y sus historias particulares. Cantidades de información irrelevante sobre personajes que en realidad no me parecieron interesantes.

Luego de leídos algunos capítulos, comprendí hacia dónde iba la historia: el foco se situaba sobre los niños y adolescentes de estas familias disfuncionales. Serían ellos los protagonistas de este juego en el que representarían a los adultos, y los adultos a los niños. La propuesta de Donoso me pareció interesante, pero no cautivadora. La idea de leer 600 páginas dedicadas a estos niños hablando como adultos aristocráticos no me tentó de ninguna forma. Y por qué no decirlo: no soy un fanático de las historias protagonizadas por niños. No me gustan los niños, de hecho.

Luego vino el uso constante de un lenguaje reverencial y cargado, incluso por parte de niños de cinco años. Comprendo que el uso de este registró fue una decisión intencional del autor, pero para mí el efecto fue distractor. La verborrea recargada durante los diálogos era como un portazo en la cara que me sacaba de la narración al obligarme a buscar los significados de palabras que jamás escuché o leí. 

Puede que las horas de encierro por cuarentena hayan jugado en contra de este libro y que en otro momento estas razones no hubieran sido una justificación para no terminarlo. Pero 2020 sin duda no es un buen momento para una historia como esta.-



Thursday, August 06, 2020

Diario de Laboratorio, día 3

Gracias a la realidad virtual puedes convertirte en un personaje de novela, ¿quién serías? ¿por qué?

Este ejercicio me costó. Pensé en los libros que he leído, traté de visualizar algún personaje con el que haya sentido el deseo de personificarlo, y sólo vi vacío. Quizás es que me gusta circular dentro de universos ficticios sin comprometerme demasiado, sin enamorarme de los seres que habitan las páginas. Disfruto el ser testigo de sus acciones sin querer tomar algún rol protagónico. No al menos en los libros.

De todas formas, si tuviera que elegir a alguno, creo que sería Karl Ove Knausgard. Me imagino de regreso en esos países alejados del sol, dedicándome a la escritura al igual que él, con esa facilidad de plasmarlo todo con palabras y sin detenerse. Poder hacer de la escritura un espejo de mi existencia en su totalidad. 

Wednesday, August 05, 2020

Diario de Laboratorio, día 2

¿Qué te hace reír? 
 
Lo incorrecto. 
Lo absurdo. 
Las paradojas y contradicciones. 
La ironía y el sarcasmo. 
Lo osado y lo auténtico. 
Me dan risa las cosquillas y los besos en el cuello. 
Las caras de los perros. 
Un primer plano de sus expresiones faciales. 
Me río de cosas tontas y fortuitas. 
Comentarios de Youtube o una película comedia que aparece haciendo zapping. 
De las coincidencias inesperadas. 
Me río de Chile, con una risa nerviosa. 
A veces, de las tragedias y de lo ofensivo, para luego sentirme culpable. 
Sentirme culpable también me causa gracia, cuando descubro lo estúpido que puedo ser al vivir sumergido en la culpa. 
Me hace reír la religión y Jesucristo y lo que dice la biblia. 
Los evangélicos y fanáticos religiosos en general. 
Los fanáticos, en toda categoría. 
Los íconos y dioses. 
Me río de los endiosados. 
De la masculinidad tóxica. 
De los que temen llorar en público. 
Creo que a veces me río de mismo.

Diario de Laboratorio, día 1

¿Recuerdas un grato momento de lectura? ¿Dónde estabas? ¿Qué leías? 

No sé si la palabra más adecuada para definir ese momento sea grato. Una micro repleta de gente atravesando Santiago a las siete de la mañana es de hecho todo lo contrario. Pero por alguna razón ese momento, que se repitió durante un mes entero, y ese libro en particular, se mantuvieron en mis recuerdos. Fueron días especiales. 

Crónica del Pájaro que da Cuerda Al Mundo, de Murakami. Recién empezaba mi obsesión con su literatura surrealista y, ahora que lo pienso, recién comenzaban muchas cosas en mi vida. Mis primeras semanas trabajando en DIRECTV, mi anteproyecto de viaje a Canadá y quizás del primer estadio de mi vida como adulto. Esas mañanas de invierno, de pie en el pasillo de la micro camino al trabajo y con ese libraco entre mis manos. Una imagen brillante y hermosa. 

Una mujer que desaparece, un gato que va y viene, un hombre al fondo de un pozo de agua, un Japón soleado y solitario. Sucedían tantas cosas inexplicables a lo largo de esas 500 páginas que leí a diario en el trayecto desde Santiago Centro hasta Vitacura. La extrañeza de sus episodios suprimió el estrés que por defecto siente cualquier persona que viva y trabaje en Santiago. Me olvidaba de los atochamientos, de las malas caras y discusiones dentro del bus, de la jornada de nueve horas que me esperaba en la oficina.

Acompañaba esas páginas con la música en mis audífonos. El disco Man with a Movie Camera de The Cinematic Orchestra, nu jazz misterioso y ambiental. Lo escuchaba apenas empezaba a leer, disfrutando de esa combinación perfecta. A veces sentía que, de haber sido el libro una película, ese álbum hubiera sido su banda sonora. 

Lo cierto es que por aquellos días trabajaba duro para ahorrar. Estaba seguro de que en unos años más podría irme de Chile. A veces la ansiedad devoraba mi cabeza, pero por lo general lograba mantenerme en calma, consciente de que cualquier cosa que quisiera hacer, por difícil que fuera, la lograría. Las páginas de ese libro me acompañaron durante un mes caótico y emocionante, en el que se sentaban las bases de mi vida como adulto.

Thursday, July 23, 2020

cartografía

¿hay un lugar?
¿una tierra por conquistar?
¿un territorio delimitado por la pertenencia?
¿una raíz irrompible?

con los ojos cerrados
deslizo mis dedos 
a través del mapa mental
de océanos inmensos
y de tierras fértiles
hasta palpar un relieve familiar
semejante a mi geografía interna

el momento explosivo
en que tierras se deslizan y mutan
hasta encontrarse entre estallidos
son bestias tectónicas en un campo de batalla
se lanzan una sobre otra
un baile telúrico
que inicia un mundo nuevo

alzo mi bandera
desde la cima más alta
y declaro ésta mi tierra






Saturday, July 11, 2020

lindo cielo

imaginarte al otro lado del mundo
donde no se ha rasgado el cielo
una ventana sin cerrar 
un tajo abierto

desde aquí en donde te pienso
al final del precipicio
me aferro a retazos de nube
que se esfuman entre los dedos

la luz de una ampolleta
color naranjo incómodo
mancha las murallas
un barniz que sella el tiempo

cómo desplazar tu mirador
hasta este trozo de tierra muerto
convertirlo en una puerta
en un espacio abierto






Thursday, May 07, 2020

yeso

ella va a la iglesia con el mejor vestido
los ojos grises y agudos
la palabra de dios que la remece
los labios partidos

junta sus palmas
es una plegaria 
y el sabor metálico que la invade de pronto
la lleva de regreso a esa casa
un viaje en el tiempo

la virgen maría de yeso
los mantos sagrados 
desde las alturas la observa
y ella ya no está aquí
está sobre la cama
con los ojos cerrados 
de placer insoportable

transforma la culpa en su propio halo
sus mantos sagrados como campos de fuerza
y los cuerpos alrededor
se tornan petreos en sólo un rezo
mientras ella se eleva a los cielos
entre carcajadas y espasmos
a encontrarse con dios





Tuesday, March 31, 2020

Quiebre

Apilé los libros de Osho, I ching y hasta el de Fen Shui sobre el velador. No los hojeo ni los toco, aunque están ahí por si algún día me decido a leerlos. Algún día: un espacio del mañana que ahora parece lejano. Podría ser un momento cualquiera en un calendario que no tiene fecha de término. Esa idea me asusta. También me asusta no poder escribir ni ordenar mis ideas. No poder crear. Ser productivo cuando pude serlo. Arrepentirme del tiempo perdido. 

La vigilia es una tortura. Cerrar los ojos sin descansar, sin cruzar del todo hacia el espacio de los sueños. Me pregunto si esos sueños podrían darme respuestas. No puedo saberlo cuando ni siquiera se esbozan en ese espacio de mi mente. Melatonina y pastillas de melisa. La manzanilla antes de acostarse. Parecen una mala broma cuando despierto cada día a las cinco de la madrugada. Quisiera dormir y despertar cuando esto acabe.

Tengo un nudo de sentimientos negativos que no logro identificar. Son brumosos, quieren ocultarse, se resbalan entre mis manos como peces inquietos que quieren volver al mar. Me siento secretamente posesivo y celoso. Quiero dominar y ser dueño. Único y exclusivo. Me transformo en la clase de persona que no quiero ser. Temo que sea la fuerza de mi propia naturaleza jalándome hacia las profundidades.

Y hay un miedo muy grande que me persigue. Quizás terror defina mejor la sensación que me embarga y que me despierta a mitad de la noche. Imagino que esto invade mi casa de forma sigilosa. Nadie se percata cuando toma a mi mamá y se la lleva para siempre. Y cuando quiero visualizar una vida sin su presencia, no veo nada. Es el confín de mi existencia y más allá un océano oscuro que se extiende hasta el infinito. 

Los días son copias fieles del anterior y la rutina se vuelve un poco áspera e irritante. Pero entre medio de esos días difíciles de identificar, a veces hay horas luminosas. Cuando aprendo un nuevo acorde de guitarra o al descubrir alguna canción que me remece. O cuando al fin encuentro algún cuento inspirador y diferente que me haga sentir que puedo crear también. Algunas hojas que me devuelven las ganas. Pero cuando regreso al papel, la tinta no se derrama. 

Me siento como tierra árida y quebradiza.-

Tuesday, March 17, 2020

Pandemia

Supongo que pensábamos lo mismo, o al menos eso es lo que me gusta creer. El mundo se estaba acabando y no nos importaba, quizás porque Chile había dejado de importarnos hace rato. No sé de dónde saliste ni entiendo las razones que nos llevaron a reunirnos de esa forma aparentemente casual. Una serie de casualidades en circunstancias inesperadas. Me excitaba la idea de no conocerte y que fuésemos testigos del fin del mundo. La gente en la ciudad arrasando con supermercados y nosotros allá arriba, drogados con besos húmedos y sexo perverso y una complicidad media adolescente, sin siquiera haber almorzado. La sombra del caos a lo lejos, un manto azabache, y la luz que irradiábamos esa tarde de verano. Creí estar enfermo, que era un sociópata, que esa erección en mis pantalones no podía ser otra cosa más que trastorno mental. Ya nada importaba. Me dejé arrastrar por un placer catastrófico. La idea del final dolía de la forma más exquisita que hubiese imaginado. Tan dulce como el corazón de una sandía. Te reías entre los besos y mordiscos y embestidas. Carcajadas mutando en gemidos, igual que un virus, pensé. Nada sería igual, porque no habría nada más. Era nuestra cápsula de tiempo levitando sobre Santiago. Sería tal vez mi última vivencia y mi último recuerdo. El recuerdo más breve y absurdo. La última luz antes de la oscuridad.-

Monday, January 13, 2020

Tempestades


A mis amigos, Anita y Álvaro.


Creemos poder delimitarlo para mantener su fuerza y su naturaleza bajo control, como una represa a las aguas. A veces lo compactamos hasta sentir que cabría en una caja de bombones, negando su carácter indómito. Olvidamos que, como cataclismos y tempestades, su poder es incontenible y que no hay escala alguna que pueda medirlo. Un poder que transforma nuestros destinos. Es abstracto y tan complejo que no encuentra su lugar en museos o laboratorios. Un concepto que suena sencillo, un puñado de letras que no da abasto a su significado universal. Quizás por eso nos esforzamos en definirlo, darle cualidades absurdas, condiciones y barreras, géneros y colores y etiquetas y religiones y tiempos y espacios. ¿Le tememos a su inmensidad? ¿Es esa infinidad acaso tan vertiginosa que no somos capaces de enfrentarla en su forma más pura y verdadera? 

No hay edad ni lugar para un sentir tan vasto e infinito. Paraliza, nos confunde, nos azota. Es huracán, maremoto, diluvio y tornado. Muchas veces nos cerramos sobre nosotros mismos. Tomamos resguardos. Evitamos. Ingenuos evitamos lo inevitable.

Amor. Como desastres naturales, cambia nuestra topografía, hace de nosotros cordilleras y océanos. Accidentes que mezclan nuestros continentes lejanos y los hacen una misma tierra. Llega impredecible y entonces sólo queda entregarse. Porque hay un momento en la vida de todos nosotros en que, en medio del terremoto, nos entregamos al destino. Así es el amor. Entregarse, hacer de nuestras tierras arcilla para moldear esa nueva geografía. Abrazar la energía inagotable sacudiendo nuestras placas tectónicas. En el epicentro esperar, catalejo en mano, para ir a conquistar esas nuevas tierras que a lo lejos, con sus montañas magníficas, celebran el nuevo futuro.-