Thursday, October 25, 2007

En lo que dura una canción.-

Desde ahora ya. En lo que dura una canción de Patrick Wolf. Me obsesioné mucho con ese gallo. Quiero escribir un montón de cosas en el tiempo exacto de duración de la canción. Hoy día la Paula tenía pena porque la patearon. La traté pésimo y le dije que jamás dependiera de alguien, que eso era lo peor que le podía pasar. Son como todos esos fachos que dependían de Pinochet, y cuando el viejo de mierda se murió, todos quedaron en la ruina porque dependían de la vida del tipo. Y su familia, la huevada triste; hasta la Lucía fue a dar a la cárcel. Las cosas caen por su propio peso. Paula, si llegas a lleer esto, date cuenta de las cosas, en serio. Se terminó la canc

Sunday, October 21, 2007

sano rencor.-

La pasamos bien juntos, fue poco tiempo, pero la pasamos bien. Ahora que he pensado bien las cosas, llegué a la conclusión de que no sé por qué me relacioné contigo. Claramente no eres la clase de hombre en quien me fijaría, pero te esforzaste en conquistarme y eso me cautivó. Cuando nos juntamos una vez, lo primero que pensé cuando te vi fue "¿quién le dijo que era buena idea vestirse así?". Es que en verdad era raro que me dijeras que te encantaba vestirte bien, hacer combinar tus mierdas de la ropa americana y, a pesar de eso, llegaras con polerones celeste imitación maui y buzos color café. Mal mal. Ah, y esas zapatillas tipo basquetbolista que a veces usabas definitivamente no te asientan. Soy observador y me fijo en cada detalle. Siempre andabas con tus libritos piratas en la mochila y cada vez que te encontraba esperándome "disfrutando de un buen libro" estabas leyendo la misma página. ¿Qué más se puede esperar si escribes ilusión con c?. Igual ojalá puedas mejorar tu ortografía algún día para que te tomen en cuenta los curriculum. Te extrañé este tiempo, anhelaba tu aroma que comenzaba a desvanecerse de mi almohada. Filo, ya me acostumbré a mi nueva realidad. Cuando conocí a tu familia quería morirme, ahí con tu mamá y sus dulces de papaya, la huevada asquerosa. Yo cacho que me quería envenenar. Y eso no fue lo peor, porque el rostro de tu papá... se lo compro. Buena onda ellos en todo caso. Diles que yo no tengo la culpa de que tengan un hijo maricón. A todo esto, huevón, tomar once escuchando shakira fue genial. Después me mostraste tu habitación con orgullo. Encontré tierno todo, desde tu catre de bronce hasta los posters de Placebo que tapizaban las paredes. Escuchamos muchos discos esa noche, me mostraste casi todo tu material audiovisual, hasta esos videocasetes de Spice Girls del año de la cocoa. Cada vez que intentabas cantar canciones en inglés sentía como la sangre se concentraba en mis mejillas. Deberías cantar música en español mejor. Parece que fue ese mismo día cuando tu mami entro a la pieza y empezó a contarnos todos sus dramas de teleserie venezolana. Que le dolía el estomago, que el agüita de hierbas, que el colon. Enferma del dedo la señora. Tanto que nos habló del funeral de su tía y que la comida había sido un desastre y que la gente tan rota que se iba a meter al funeral para sacar algún canapé de las bandejas. Me dieron unas ganas de decirle que su triste historia me importaba una verdadera raja. En fin, voy a echar de menos a tu vieja y sus comentarios ignorantes, a tu papá y su caracho de tres metros, a tu fálica hermana, a tu pieza mal arreglada, a tu velador manchado con agua, el olor de tu desodorante Fasa y, por sobre todo, a ti y tu particular forma de ser. Te deseo suerte en la vida.-

Sunday, October 14, 2007

corto.-

Puta que es penca cuando lo romántico no se da y la tarde "bonita" queda en silencios incómodos y largas esperas. En fin, es lo que yo elegí.-

Thursday, October 04, 2007

El Cineasta (por un crítico de cine).-


Imagino de quien hablas. Sí, lo conozco muy bien. Fuimos muy amigos en esa edad en la que todo ser animado que te habla obtiene el título de amigo. Me parecía extraña su forma de ser y la música que escuchaba. Bueno, eso da lo mismo, tú sabes que yo he sido siempre muy tolerante, pero en verdad su forma de ser a veces me asustaba. Era medio bipolar, cambiante, esa onda. Escúchame pues, después buscas las llaves. No seas así, si casi nunca tenemos tiempo para conversar. Como te iba diciendo, nunca he dejado de pensar que él tenía algún tipo de problema mental o no sé. Es que ¿sabes?, habían razones para pensarlo. Recuerdo que un día llegó al colegio muy tarde, como un zombie, con los ojos desorbitados y la cabeza rapada, pero con sectores en los que le había quedado algo de pelo. En verdad la escena fue macabra, cinematográfica total. Mis compañeros de curso se miraban entre ellos con los rostros desfigurados. Tan exagerados los tipos en todo caso. Después de eso se empezó a volver medio autista y su vida social se limitó sólo a hablar con su perro. En el colegio andaba solo todo el día y moría escuchando personal stereo. No fue a la licenciatura de cuarto medio y tampoco se apareció en la fiesta de despedida. De hecho, creo que ni siquiera se presentó a dar la Prueba de Aptitud Académica. Se lo tragó la tierra y no se supo más de su existencia, aunque en verdad a nadie le importaba demasiado. Mis compañeros eran todos unos banales de la high society; ¿tú crees que les iba a importar lo que pasara con él?. No estaban ni ahí. Cuando entré a la universidad me alejé de toda esa escoria adolescente y empecé a vivir de verdad. Hace mucho tiempo había cortado relaciones con este gallo. Igual me daba lata, porque conmigo nunca se portó mal, sólo era un poco inexpresivo. Qué se puede esperar de una persona que vive drogada y bajo los efectos de esos fármacos malditos. Cuando iba como en cuarto semestre me llegó una carta y era de él. Me contaba que se había ido a vivir a Nueva York y que estaba estudiando en una escuela de cine de renombre mundial, llena de gente under y profesores locos. Me alegré por él. En verdad eso de ser cineasta calzaba bastante con su personalidad, porque como cualquier otra cosa no llegaba a ninguna parte. Pasaron años, hartos años y comenzaron los noventa. Me olvidé de la existencia de este fulano. Entré a trabajar a un diario de lo peor en donde me pagaban algunos pesos por escribir comentarios de cine; tú sabes, eso de calificar con estrellitas a la industria hollywoodense. No era tan malo poder entrar al cine a ver todas las películas y con popcorn incluido. Este asuntito de ser crítico de cine conllevó muchas veces en tener que estar metido en eventos rascas de la farándula criolla. Muchas veces me tocó ver a esas actrices tan reconocidas y recatadas montando escenitas patéticas encima de las mesas debido a los litros y litros de alcohol que habían consumido sutilmente. Era gracioso ver tanta decadencia. Y fue en uno de esos eventos en donde me encontré a mi antiguo y freak amigo. Estaba en Chile de vacaciones y lo habían invitado al evento sólo por haber participado en el ensamble de una película gringa. Andaba con un sombrero celeste de pésimo gusto, unos pantalones rotos por todas partes y una camisa negra llena de vuelitos, cintas y géneros barrocos. Sociable total el gallo, comentando por aquí y por allá de su “nueva película”. En verdad era otra persona. De pronto se apagaron las luces y en una pantalla gigante comenzaron a mostrar escenas de su película artística de cuarta. Muchas imágenes de cerdos con vestido de novia, acuarios con gatos dentro y personas caminando al revés pasaban rápidamente. Cuando terminó, todos aplaudían como si se tratará de la última joya del séptimo arte. Yo pensaba que era la última creación de algún cocainómano crónico. No sé qué fue de él después de esa noche, aunque ahora que me acuerdo, hace un mes me tocó ir al cine al preestreno de su primera película traída directamente desde “Gringolandia”. Excelente actores para un filme tan malo. Una bazofia su creación pseudo vanguardista. Igual me sentí bien por él. Cumplió sus sueños sin tener que cambiar su forma de ser. Su película fue muy mal criticada en Europa y América, pero de todas formas el gallo se hizo conocido por su estilo y sus voladas raras. Llegó más lejos que todos los arribistas que tuvimos como compañeros en el colegio. Bien por él.-