Wednesday, October 02, 2013

Polilla City

Esos audífonos grandes generando una aparente calma mental y emocional. Caminar a paso lento; uno, dos, tres. Recuerdos que vuelven a ratos. Las luces, la gente, los autos a gran velocidad. Todo un entorno que se convierte en sedante. Una ciudad habitada por olvidados y por los que olvidan. Dos caras de una misma moneda avanzando y cruzándose sin siquiera mirarse. Así funciona el mundo, eso es todo. No hay nada que decir, porque quizás ya está todo dicho. Pero siempre hay quienes no alcanzaron a decir algo, siempre ellos caminando en un sentido contrario, los mismos que no dejan de circular por la misma cuadra una y otra vez movidos por el imán del arrepentimiento. Ellos, los del corazón volteado que pululan sonámbulos en busca de una segunda oportunidad. Y así se pasan la vida, mirando hacia adelante, con el mentón levantado con cierta altanería para no mostrar el pedacito de alma que les va quedando. Sí, quizás aún queda una posibilidad, piensan ingenuos. La culpa es de la esperanzadora luz de la ciudad, causante de lo más dolorosos espejismos de la mal llamada juventud.-