Wednesday, October 02, 2013

Polilla City

Esos audífonos grandes generando una aparente calma mental y emocional. Caminar a paso lento; uno, dos, tres. Recuerdos que vuelven a ratos. Las luces, la gente, los autos a gran velocidad. Todo un entorno que se convierte en sedante. Una ciudad habitada por olvidados y por los que olvidan. Dos caras de una misma moneda avanzando y cruzándose sin siquiera mirarse. Así funciona el mundo, eso es todo. No hay nada que decir, porque quizás ya está todo dicho. Pero siempre hay quienes no alcanzaron a decir algo, siempre ellos caminando en un sentido contrario, los mismos que no dejan de circular por la misma cuadra una y otra vez movidos por el imán del arrepentimiento. Ellos, los del corazón volteado que pululan sonámbulos en busca de una segunda oportunidad. Y así se pasan la vida, mirando hacia adelante, con el mentón levantado con cierta altanería para no mostrar el pedacito de alma que les va quedando. Sí, quizás aún queda una posibilidad, piensan ingenuos. La culpa es de la esperanzadora luz de la ciudad, causante de lo más dolorosos espejismos de la mal llamada juventud.-

Tuesday, August 06, 2013

Solíamos

Fobia a otra piel, a otros besos, a cualquier otro que no agite mi corazón como lo hacías tú-

Tuesday, July 30, 2013

Patria nueva

Soy un hombre de pie. Soy el mismo hombre que hace unos años estuvo tan cerca de emprender el vuelo más alto y vertiginoso de su vida, pero que cayó estrepitosamente por cuestiones del destino. Soy ahora un hombre capaz de enfrentar a sus fantasmas y de volver a creer en sí mismo. Soy el mismo de antes, con las mismas ideas y sueños pendientes a un paso de cumplirse.


Descubrí que soy el mismo hombre convencido de estar en un lugar que no le corresponde. Y doy firmado en este instante que no me detendré hasta encontrar mi lugar en el mundo, aunque tuviese que construir uno  en el cual pueda sentirme pleno y feliz.-

Thursday, July 25, 2013

Pueblito

Fue un verano bien caluroso. Hubo muchas de esas tardes con nubes de polvo elevándose por los aires, pegándose en nuestros cuerpos jóvenes, casi adolescentes. Y andábamos así, sucios y transpirados, recorriendo las calles de esa pequeña comunidad nortina con olor a mar. Éramos tú y yo cuerpos hermosos, aletargados por las altas temperaturas y el buen sexo propio de una relación que recién comienza. Los dos caminando, capturando la atención de las mujeres en el centro, sin que supieran lo bien que nos la pasábamos en las camas de cada una de las hostales por las que pasamos. Lejos de casa, una pareja de enamorados que no lucía como tal, que se ocultaba en la masculinidad de sus facciones, barbas y ademanes. Contigo me sentía caminando junto al mejor amigo, ese compadre con el que un buen macho se toma sus chelas en un antro de mal morir mientras comentan sobre las ricas tetas de la mesera, que igual debe ser harto puta. Estoy seguro de que esa imagen errónea proyectábamos: una imagen opuesta a la fotografía que configurábamos cuando se terminaba el carrete y el alcohol corría furioso a través de nuestras venas, llevándonos a fundir nuestros cuerpos, a ser uno solo.

Así fue cada día de ese febrero, que sigue vivo en mis recuerdos / Días de complicidad, de despertar antes del mediodía y salir a las calles a ver si conseguíamos algunas monedas extra para comprar cigarrillos y cerveza / Una complicidad eterna en nuestras miradas / Tu expresión de deseo que podía percibir desde una esquina a otra mientras pedíamos limosna a los transeúntes / El sol quemando las cabezas y tus piernas doradas moviéndose con habilidad al atravesar las calles en medio de tu espectáculo teatral / Disfruté cada momento viéndote sentado desde las veredas,  orgulloso de tus grandes habilidades artísticas, deseando en secreto la pronta llegada de la noche para tenerte en alguna cama otra vez y sólo para mí / Horas observándote para concluir nuevamente que mi amor por ti era ilimitado / Los minutos pasaban rápido / Los minutos / Los minutos eran música / Esa música que recolecté para nosotros pensando en cómo sonaríamos si ambos fuéramos melodías.

Playa, largas tardes de juegos en el mar y toqueteos descarados bajos las claras aguas que nos rodeaban. Creamos un lenguaje único con la espuma del mar y los besos con sabor a sal que te daba cada tarde. Ambos manejábamos esos códigos secretos y esculpíamos en el líquido efímeros mensajes sobre nuestras vidas. Una rutina inconscientemente obligatoria que continuaba con tu mano agarrando fuerte la mía y ellos mirándonos desde la playa, burlones y jocosos y yo sin miedo y tú reías y me besabas de nuevo mientras intentaba sacudir la pequeña toalla que compartimos cada día. Olor a protector solar mezclado con el tuyo a tabaco y cerveza caliente. El sol se posaba sobre el océano y nos mirábamos por debajo de nuestros brazos, tumbados en la arena, a veces excitados, a veces tiernos, a veces todo y a veces nada. Y justo en ese momento cuando el último rayito de sol iniciaba su melancólica despedida, me mirabas directo a los ojos y decías que me amabas como nunca lo habías hecho, que yo era todo para ti, que te quedarías toda la vida así, viviendo de esa rutina alimentada por el amor y la pasión. Sellabas la sentencia con un largo beso y luego tocabas muchas horas tu guitarra, desconectándote por completo del mundo. 

Silencio. Sólo el mar. La Guitarra y mi canción. Tu canción. ¿Y si nos quedamos así para siempre? Mirabas el horizonte y tocabas esa canción una y otra vez. Te amo, te dije. Y estabas lejos otra vez, pero no me importaba. Quiero esto para mí, tú eres para mí, tú eres mío. Temo que se acabé, pensé, pensaba. Todo acaba y ojalá no tuviera que ser así con esto. Ojalá se repitiera para siempre el mismo día, el mismo aroma, la misma arena suspendida en el aire, los mismos cuerpos cómplices. Nada me interesa más que este momento.

Un día desperté en una cama que sí conocía y sin nadie a mi lado. En ese momento comprendí lo duro que a veces es el amor.-

Monday, June 24, 2013

Monocromático

Te imagino en un día gris, caminando por agrietadas calles grises y sin pensar bien en lo gris que está el día. Abro los ojos y no estás ni siquiera en el azúcar de mi café.

Tejido

Todos los días salía temprano por la mañana y ella ya estaba sentada, siempre con su pelo blanco muy ordenado, tejiendo alguna nueva prenda que nadie nunca utilizaría. Por la noche, al regresar, ella seguía ahí, lejos de la gran ciudad, concentrada en su labor de tejer y tejer, como si siempre estuviera buscando algún trocito de su alma extraviada en medio de toda esa lana.

Espejo de agua

                            Cada mañana de sábado despertábamos temprano para subir el cerro San Cristóbal. A veces nos tomábamos de la mano durante el ascenso sin decir nada. Es que no había una explicación lógica; el reflejo de la ciudad sobre los árboles nos alborotaba inevitablemente.


Thursday, March 14, 2013

Himno natural

suena la música, suena tanto, suena esa canción que me gusta y que al parecer también a ti. en secreto pienso que es nuestro himno, la melodía que nos identifica y que mejor calza con nuestra pequeña historia. la ciudad corre a través de nuestras venas, las luces nos persiguen, te persigo, te persigo, te persigo. me miras con naturalidad, como si me conocieras de toda la vida. y sí, de cierta es así, aunque nos hayamos visto por primera vez hace unos meses, porque entraste irremediablemente en el furioso cause de mi corazón. hablamos de todo un poco, bebes de tu copa, a ratos me hablas de política, de  tu familia, de esos hermosos bototos que viste alguna vez en una ostentosa vitrina del centro. me muero por invitarte justo ahora al restorant de la esquina en donde preparan el mejor capuccino que he probado, pero  no me atrevo a interrumpirte. esa pasión con la que hablas, cada gesto, tu pelo moviéndose al compás de tus palabras. estoy hipnotizado. ¿y si te beso en este momento? me aterra el rechazo (y también me aterra no poder probar tus labios). me imagino junto a ti caminando por las avenidas, presentándote a mis amistades, diciéndole al mundo "sí, él es de quien tanto les hablé". tú y yo juntos nos vemos bien. mírenlos, miren, si se ven súper lindos juntos, él es para ti. sí, pienso lo mismo, estamos hechos el uno para el otro. aquí no hay cabida para el sufrimiento ni para el drama. nuestras personalidades encajan. somos las piezas de un puzzle que se ensambla a la perfección. en serio me gustas mucho. me tomas de la mano y me sacas de este bar. caminamos rápido en medio de la primera noche de otoño. quieres bailar y ni siquiera me preguntas si quiero, pero no me importa: si tú quieres, yo también quiero. ¿quién iba a decirlo? me haces ser tan dócil. estamos aquí dentro bailando algún tonto hit de los noventa. cierras los ojos y vibras con la música. más luces esta noche. eres de colores: de azul a rojo, de rojo a blanco, de blanco a algún color que desconozco, que mezclado con el tono de tu piel crea una nueva gama cromática. de pronto te descubro mirándome. te ríes. me río, pero de nervios. debo verme tan estúpido. eres aún más bello bajo estas luces. pensamientos cursis que me hacen sentir avergonzado de mi mismo. anhelando un beso, una caricia, un "me encantas". y aunque no nos hayamos besado aún, sé que somos uno, lo siento en mi piel y en la tuya. la osadía de tus movimientos te delata. me siento seguro aquí contigo. sé que estás conmigo justo ahora. me besas y me tocas en una realidad paralela a la que nadie más puede ingresar. diminuto universo íntimo de dos desconocidos a un paso de conocerse por completo. una bomba de tiempo suspendida en el aire. somos los dos en un tiempo irreal, pero absolutamente palpable y cierto en el espacio que -sin saberlo- hemos construido juntos.-

Wednesday, March 06, 2013

Pare de sufrir

Ya, ya, ya, cortémosla con la tontera del sufrimiento. Hoy amanecí definitivamente mejor, lleno de energía y riéndome solo. La rutina matinal de ejercicio físico, las salidas diarias en bici e incluso una breve sesión de yoga me hicieron de maravilla. Por otra parte, el cerrar mi Facebook fue la mejor idea que se me pudo ocurrir. Ya no ocupo mi tiempo viendo las vidas de los demás (de hecho, no sé por qué me interesaban). Ahora tengo una especie de romance con Woody Allen, Bret Easton Ellis y Mia Farrow (y con todos al mismo tiempo). Sí, soy de una naturaleza tan infiel que hasta me doy el lujo de cagarme a todos esos huevones. El punto es que en este momento el optimismo me desborda y tengo ganas de hacer mil cosas, entre las que no se encuentran: 1) Ponerme a ver viejas fotos que pudieran gatillarme una profunda crisis de angustia y anhelos de victimización. 2) Controlar mi ansiedad comiendo como marabunta y terminar convertido en un cachalote asqueroso sin autoestima y con un IMC que bordee los cuarenta. 3) Carretear (y mucho menos carretear con gente desconocida con la que me sienta obligado a beber rápidamente mi copa de champaña barata para sentirme a gusto con tan ajena compañía y que me produzca insoportables delirios de persecución). Este último punto hace referencia a mi nueva condición mental de autismo selectivo: "no te relaciones de ninguna forma con personas poco relevantes en tu vida o que puedan ser potenciales ladrones energéticos, aunque éstos signifiquen una promesa de amistad-aporte en un futuro remoto". Igual es importante decir que la vida de claustro no es tan mala, a pesar de que a ratos sean algo deprimentes el hecho de no ver a otros muy seguido o los rituales onanistas propios de un veinteañero con mucho tiempo libre /la  autocomplacencia no ha venido acompañada de procrastinación u ocio innecesario/. Hay que decirlo: he construido una hermosa y plácida burbuja de cristal en la que me mantendré hasta que todo allá afuera (y aquí adentro-dentro) esté menos efervescente. Me conozco bien, y sé que confundir el adormecimiento con superación podría traerme terribles consecuencias. No quiero descubrirme un día haciendo llamadas telefónicas cargadas de dramatismo y teatralidad. Tampoco quiero que crean que estoy mal...a nadie le gusta que los demás piensen eso, nadie quiere ser la víctima o el del corazón roto. Y sí, yo tengo el corazón hecho trizas, lo reconozco, pero estoy parchándolo de a poco. Mientras tanto lleno mi cabeza de ideas eclécticas que en algún momento me servirán para trazar mi nuevo mapa mental y mi -hasta ahora- extraviado proyecto de vida.- 

Saturday, March 02, 2013

Supéralo

Anoche, cuando me encontré contigo frente a frente en la calle, mi corazón se paralizó y no supe decir más que un par de palabras aparentemente inconexas. Luego de esa pequeña escena patética y del torpe beso en la mejilla que te di, supe de inmediato que nadie nunca podrá igualarte. Yo aún te amo.-

Monday, January 28, 2013

Efecto C


¿Qué tienes tú que no tenga él? Esa sensibilidad disfrazada de indiferencia que te hace apreciar en secreto hasta la más mínima expresión humana. La capacidad de hacerme sentir como el loco más loco, pero a la vez como el más amado y enamorado en todo el planeta tierra. El hábito de besarme siempre antes de dormir y luego sólo apoyar la cabeza sobre la almohada y cerrar los ojos, casi como si yo no estuviera a tu lado; en otras palabras, la exquisita impredictibilidad e indiferencia en cada uno de tus actos. Esa personalidad indómita que se sumerge en las aguas más cálidas de la osadía adolescente. El pequeño abismo existente en los discursos que intentas tildar de consecuentes y que sólo yo puedo descubrir en su absoluta verdad.  Tus ojos tristes que con una sola mirada hacen de mí un ser afortunado. Tus cigarros de medianoche acompañados siempre de grisáceas melodías de Radiohead. Las largas horas de composición musical: tú sobre el piano endulzando nuestras tardes y esa maravillosa expresión de ausencia y desconexión total de la realidad. Tus manos tocando mi cuerpo, haciéndolo infinito, etéreo y completamente tuyo. La niebla desapareciendo con tus abrazos huracanados. Me tienes a mí en la profunda intimidad de nuestro pequeño mundo construido a partir de la más enternecedora cotidianeidad. El poder hacer de la noche un nuevo lenguaje en el que tú y yo somos las palabras.

Tú todo lo tienes.-

Parrafito


Son más de las tres de la mañana y hace poco menos de una hora me tomé media pastilla para dormir; es que poder conciliar el sueño en estos tiempos es súper difícil. Lo que acabo de escribir suena como de vieja culiá. Y lo que acabo de escribir ahora es sumamente grosero y debo dejar de ser grosero. La cuestión en todo caso no es escribir sobre divagaciones absurdas de un tontón sin mucho que hacer en vacaciones, sino que es dejar un registro sobre lo que estoy sintiendo justo ahora. Pasa que soy un imbécil dependiente emocional y no dejó de pensar en la misma persona de siempre, el mismo de toda la vida. Todo se terminó hace un buen rato ya y ando como huevón pensando en él cada minuto de mi existencia. A veces pasa una semana sin tener contacto alguno y de pronto me descubro con el celular en mano, con su número telefónico en pantalla y con el pulgar a un milímetro de presionar el “Ok”. El problema es que sí, me descubro haciendo eso y –aún así- presiono el puto botón y lo estoy llamando sin saber siquiera qué mierda decirle. Entonces contesta con su eterno timbre de voz de “este mundo es tan aburrido” y sus palabras precisas y cortantes que desde un comienzo me enamoraron. Me dan ganas de llorar o de cortar el teléfono. Finalmente me decido por ninguna de las anteriores y comienzo a estirar la conversación queriendo en vano volver a sentirlo mío. Ese es el momento más patético de mi día, cuando quiero recuperarlo sabiendo que hace rato ya nada funciona.  Lo peor es que recién me dieron unas ganas tremendas de escribir “Te necesito” aquí, albergando la esperanza de que en una de sus tardes libres llegue a este rincón, lo lea y venga a mí a besarme cuatrocientas mil veces. ¿Qué onda? Tengo 23 años y dependo de ti horriblemente.