Tal vez debí pedirle disculpas. Debí permitir que esas palabras salieran de mi boca en vez de tragármelas y fingir que había hecho lo correcto. Y es que a veces lo que sentimos por otros es una maraña de cosas difíciles de definir o explicar, demasiado abstractas como para verbalizarlas. Por eso no fui claro cuando quería una explicación. No encontré una forma y de pronto, en un intento por proyectar lo que había en mi núcleo, todo se malinterpretó.-
No comments:
Post a Comment