Saturday, April 21, 2007

Interludios.-


"Abro los ojos. Francisco se ríe a carcajadas y Antonia mira el monitor de su computador. Estoy en posición fetal, tirado en el suelo frío y casi no me puedo mover. Las ganas de buitrear me hacen sentir como la mierda y mi cuerpo está adormecido. Por mi oído derecho siento intermitentemente algo así como un taladro. Por el izquierdo oigo las campanas de viento que la Anto cuelga en su ventana y el sonido del mar a no más de cuatro cuadras de acá. Cada vez que suena el “taladro” siento cómo una energía sube por mi columna vertebral, parece girar por mi cráneo y luego regresa a su lugar de origen a través de mis costillas. Es placentero, pero excesivo. Me digo a mi mismo que no deseo sentir más esta huevada. Son tantas sensaciones por segundo que me desespero.

Abro los ojos. No sé cómo llegué aquí. Estoy acostado boca abajo en una cama de dos plazas. Mi respiración es agitada y mi corazón late muy rápido. Escucho el televisor prendido y sus ondas electromagnéticas acribillando mis sentidos. E! Entertainment Television, estoy casi seguro. Una mujer con voz de hueca y puta dice “oh, yes, right, ¡jajajaja!”. Me imagino un ratón caminando en un patio pavimentado. Francisco se caga de la risa por algo que le estoy diciendo y que no sé qué es. Pienso un millón de cosas a la vez y muchas quedan en el olvido. Antonia entra a la pieza y, a pesar de que no la veo, sé que está ahí. Nos dice algo como que debemos irnos porque ya es tarde y su hermano está por llegar. Francisco se ríe.

Abro los ojos. Estoy parado en la vereda de la calle más transitada de la ciudad. Tengo miedo y los autos pasan a velocidades increíbles casi rozándome. Veo a Francisco unos metros más allá esperando que pase una micro. Se acerca y me dice algo como que parecíamos huevones enojados y no sé qué más. Yo no lo entiendo y me comienza a doler la cabeza. Creo que le dije que se fuera a la chucha.

Abro los ojos. No sé cómo mierda crucé la calle, pero ya estoy al otro lado y a salvo. Una señora con olor a ajo pasa cerca y me mira con cara de nada. ¿Qué te pasa, perra de mierda?. Comienzo a subir por un costado de esas galerías infiltradas donde venden cocaína y muelen cerdos muertos para hacer carne molida. Tengo ganas de mear y de dormir por toda la eternidad. Hace tanto frío y mis manos pesan. Miro la hora. Ocho cuarenticinco de la noche. El tiempo se ha encargado de torturarme al pasar tan lento.

Abro los ojos. Un perro tiene sus dos patas puestas sobre mis piernas y me mira esperando que le haga cariño. El kiltro es bonito y huele a perro mojado. Estoy en una plaza rodeada de casas horribles y toscas. Un tipo escucha cumbias sentado en un furgón. Quiero desaparecer tanto. Me paro y comienzo a caminar. Sé que no estoy lejos, pero no veo bien y mis párpados caen con ayuda de la maldita gravedad. Ahí está mi casa esperándome. Me tiemblan las piernas y mi sweater está manchado con barro. Corro y el mundo pareciera venirse abajo. Saco las llaves y pienso en lo feliz que soy en este momento. Pienso en lo feliz que soy. Se apaga la luz del alumbrado eléctrico y me estoy riendo una vez más.-"

Friday, April 20, 2007

vulnerable.-

Hace un frío de mierda y me siento melancólico. Mañana tengo que levantarme temprano para ir a Pre y no tengo tanto sueño como para dormirme en mi deshecha cama. Sabor a café en mis labios partidos y hedor a cigarro en mi ropa. Hay un resto de Coca-Cola en una botella desechable en el refrigerador hace más de cuatro días. Optaré por un vaso con agua y luego fingiré que estoy durmiendo y soñando con nadie.

Hasta Cerati me quiere dañar hoy.-

Thursday, April 19, 2007

ésto DEBE quedar en el olvido.-


De repente -y de puro tonto- me puse a pensar en toda la gente que se ha ido quedando atrás. Es raro pensarlo así; eso de sentirse casi como una máquina que ha comenzado a filtrar y filtrar. Yo creo que fácilmente son más de setenta personas de las que me he distanciado durante mi vida. Y no me arrepiento...a veces hay que eliminar lo que no te permite mantenerte bien (o lo que te aporta nada).

Estos momentos libres podría utilizarlos haciendo facsimiles de Lenguaje y Matemáticas para la PSU, pero ya ven... le he dado prioridad a un texto mínimo e insignificante que probablemente no leerán más de diez personas.

Mejor me voy a ver tele y a reflexionar sobre lo que será de mí después de cumplir dieciocho años (yo creo que va a ser lo mismo, pero me encanta escribirlo de esta manera).-

Monday, April 09, 2007

Frustrado, pero digno.-

Sí señores, no pasé la famosa prueba de conducir por segunda vez consecutiva. ¿Frustrado? Sí. Si los inspectores de mierda no me quieren dejar obtener mi permiso, debe ser porque manejo mal. En todo caso no me amargo; todavía me queda una oportunidad para rendirla este año. Claro, cuando la rinda nuevamente les deberé mostrar lo seguro que me siento al manejar un auto y que miro mil veces por segundo a través del espejo retrovisor.

Es penoso que todo el mundo te pregunte "¿Cómo te fue en el exámen?" con cara de ilusión y esperanza. Yo sólo digo la verdad. En el fondo, pero muy en el fondo, no me da verguenza. Si no es para tanto... será más humillante si me va mal en la PEESEÚ de lainguish.

Después de dar la prueba me subí a un colectivo y puse el nuevo tema de mi Björk en el pendrive. Ese fue mi consuelo y mi paño de lágrimas inexistentes. Igual ando feliz y con ganas de tener el nuevo disco de Björk, de ir a ver a Cerati a Santiago y de juntarme con mi amiga Luna.

Si son cosas que pasan no más.-

Saturday, April 07, 2007

otoño.-


Un viernes santo con aliento a ajo y cebolla –repercusión del ceviche preparado por el pololo de mi mamá- y cierta indiferencia hacia todo, desde la muerte de Jesucristo en la cruz hasta la nueva canción de Björk. Estoy fome, lacio e indiferente, lo que me preocupa bastante.

Consciente de que en todos los canales de Tevé abierta están mostrando al Jesús rubio de nariz respingada y voz sensual y viril, no he querido presionar el botón "power". Así he terminado pensando en cosas triviales, cursis y novedosas (aunque de novedosas no sé qué tanto tengan). Partiendo por mi nueva obsesión hacia una persona de catorce o quince años que me mira mucho menos de lo que yo lo hago. Es raro sentirse tan invisible y estúpido. El jueves, por alguna razón, terminé metido en el “mall”; ese lugar caluroso con olor a desinfectante barato y palomitas con mantequilla del Cinemark. Y ahí andaba paseando personaje X (ni siquiera sé cómo se llama), con sus amigas pelo-gel con peinados de piñas y otras frutas caribeñas. Se metió a un local hacinado con una tipa de falda cuadrillé y cartera setentera muy vintage. Yo me las quise dar de espía y me puse a mirar “disimuladamente” con la cabeza asomada en una de esas máquinas para sacar peluches. Me vieron, me vieron espiando y me observaron mientras yo hacía una torpe maniobra para esconderme en algún rincón y pasar la vergüenza. En ese momento me sentí la persona más patética que pudiese estar pisando la tierra. Odié ser tan orgulloso y retraído para esas cosas. Pensé que podría haberme acercado y haberle preguntarle su nombre, y concluí que no era ni seré capaz. Me he conformado con analizar su forma de ser frente al mundo y más allá de eso por ningún motivo.

Así somos muchos; dejamos pasar tantas cosas sólo por orgullo y cobardía. Mientras los días pasan me siento cada vez más torpe y brutalmente solo. “¿Qué onda mi vida?”, este asunto del orgu-miedo viene de antes. Es un trauma de mierda que se remonta a mis primeros romances que nada bueno me trajeron. Típico. Puedes olvidar el asunto y hasta dejar de sentir huevaditas en el estomago, pero el miedo a que te vuelvan a hacer daño ahí queda, cagándote la “psiquis”. Si yo fuera presidente castigaría a todas las personas que trauman a otras acribillando sus formas de actuar frente al mundo. Guillotina, silla eléctrica, qué sé yo.... exagerado en todo caso, pero las intenciones son buenas.

Otoño, PSU, mitómanas historias de matriculas en un preuniversitario para que mi papá se digne a darme un poco de dinero, té y cigarros a las 20:30 en punto, un hamster en el antejardín de mi casa que termina siendo adoptado por la familia, facsímiles de matemáticas, una licencia de conducir que aún no logro obtener y Thom Yorke y Gustavo Cerati por montones. Eso ha sido mi pequeño otoño. No sé si es malo, pero definitivamente esperaba algo diferente.

El que las temporadas duren tres meses me hace pensar que aún pueden mejorar los días de hojas cayendo. Un poco más de emoción me vendría bien, quizás no me cambiaría la vida, pero si me ayudaría a andar con la sonrisa huevona más seguido. Eso suena tan víctima.-