Tuesday, August 18, 2020

Diario de Laboratorio, día 15

¿𝐐𝐮𝐞́ 𝐬𝐨ñ𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞? 𝐂𝐮𝐞́𝐧𝐭𝐚𝐥𝐞 𝐞𝐥 𝐬𝐮𝐞ñ𝐨 𝐚 𝐭𝐮 𝐝𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨.

Sucede en un lugar que se repite en mis sueños desde hace años. Es similar a un liceo municipal -en el sueño siempre tengo la noción- oscuro y laberíntico. La configuración de sus dos niveles es idéntica, lo que hace difícil distinguir en qué piso está uno. Ambos consisten en un largo pasillo apenas iluminado por las ventanas rectangulares situadas en la pared del lado derecho. Hacia el otro lado, las grandes puertas de las salas de clase que se repiten sin variación a medida que se avanza como luces en la carretera. 

No sé qué hago allí ni por qué, y tampoco puedo definir mis emociones y sensaciones, pero reconozco ansiedad y excitación anindándose en la boca de mi estomago. 

Las escaleras hacia el primer nivel son particularmente oscuras, y al bajarlas puedo percibir que hay un cambio en la atmósfera. Algo casi imperceptible en el aire que funciona como el botón de encendido de mis sentidos. Estoy alerta. No hay nadie alrededor. Hay una puerta prohibida. Son cosas que sé de antemano.

El pasillo de este nivel tiene baldosas jaspeadas blanco y negro, y las paredes son de hormigón crudo, como si la construcción del lugar nunca se hubiese terminado por completo. Pese a eso, es evidente en el estilo arquitectónico, demasiado angular y repetitivo, que es una edificación antigua.

Camino lento y con la idea clara del lugar al que me dirijo. A mitad del pasillo, tras una de las tantas puertas, está el baño. Desde allí vienen las voces y murmullos. Algo me llama.-

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