espera.-

Domingos de mierda. Nunca me puedo levantar un domingo sin la cara de dos metros y la dependencia a las canciones tristes. La pista de Desired Constellation me da pena, pero igual la escucho mucho en días como hoy. Último día de vacaciones de septiembre, lo que implicaba quedarme encerrado aquí haciendo nada y viendo la bazofia de "El último pasajero", pero Sole me llamó para invitarme a caminar a la playa. Le dije que no. Luego Monchy intentó convencerme para salir. El panorama había cambiado y ahora, en vez de ir a caminar por la orilla del mar, iríamos al casino. La idea me parecío una locura, hasta que Monchy me dijo "Ivo, piénsalo, buena suerte en el juego, mala suerte en el amor". Definitivamente mis amigas me querían sacar a despejarme un poco. Su refrán terminó por convencerme.

Ropajes domingueros; me gustan siempre y cuando los use dentro de la casa, no en un centro de ocio y diversión. Pantalones anchos, un polerón gris y zapatos color café. Me veía como el culo. Paula se paseaba feliz con su falda pseudo-hippie blanco inmaculado y me ponía nervioso. Me moví de máquina en máquina, haciendo durar mi billete de mil pesos. No gané nada, sólo un par de puchos que me dio Sole. Monchy se hacía millonaria con menos de dos lucas. Me dio envidia, pero no se lo dije. "Buena suerte en el juego, mala suerte en el amor", mierda, seguía pensando en esa huevada. ¿Dónde se quedó la buena suerte?. Una señora me miró con expresión de lástima mientras me fumaba el filtro de un cigarro y pensaba en el famoso refrán. "¿Por qué en vez de mirarme como imbécil no me regalas un cigarro, huevona?". Le sonreí amable y cínico y ella esbozó una sonrisa de vieja adicta a las apuestas, sin imaginarse siquiera lo que se pasaba por mi cabeza.

Luego fuimos a conversar y tomarnos fotos al faro. La pasé bien y me alejé un poco de mis pensamientos dramáticos. Es bueno tener gente que te aleje de los victim moments de vez en cuando. Igual sigo en la espera. No es mala suerte en el amor, no hay, se había esfumado hace unas semanas, pero ahora no sé qué pensar. Quiero que suene el teléfono una sola vez para saber qué vendrá más adelante. Y ahora también deseo acostarme y dormir horas y horas. Dejar un post con un final como este es vergonzoso, pero creo que no tengo más palabras por tipear. Quién sabe, en una de esas mi suerte da un giro en un par de horas o en días o en meses. La suerte llega sola, dicen. Llega luego, suerte.-