Thursday, July 09, 2009

fragmento/

(Des)esperada

Nicole se paró frente al pórtico de la casa de su madre cargando una torta de yogurt light en sus manos, mientras pensaba en qué le diría cuando ella le abriera la puerta. Comenzaba el invierno y, por primera vez en muchos años, nevaba en ese pequeño pueblo que la había visto crecer. Habían pasado ya tres años desde que arrancó de su familia, de sus raíces, de su vida y de el comienzo de lo que denominó "la nueva etapa". Dentro de la casa se escuchaban risas y conversaciones. Reconoció inmediatamente la voz de su padre, cada día más grave debido a la gran cantidad de cigarrillos que fumaba diariamente. Con un pañuelo en la mano y calculando el movimiento que haría con su dedo índice, tocó el timbre. Se produjo un silencio al interior, lo que la puso un tanto nerviosa. Su sweater blanco con flores color azúl no la abrigaba lo suficiente. Se abrió la puerta y apareció Renata, su única hermana. Su cabello aún era rubio platinado, largo y, por supuesto, decolorado. Vestía un holgado vestido amarillo y medias rosadas. En su cara se dibujó una sonrisa cínica y burlona. Nicole sonrió de la misma manera.
-Bienvenida a casa, hermanita.

Estoy sentada en una silla de madera, muy vieja al parecer, porque cada vez que intento acomodarme, cruje. Observo a mi padre: está convertido en un dócil y amable septegenario que no hace más que hablar sobre la II Guerra Mundial y fumar cigarros baratos. Mi mamá lo mira riéndose de todo lo que dice, celebrando su ironía al momento de alardear sobre sus conocimientos históricos. Renata se acerca y pone frente a mí un plato con una rebanada de la torta que compré camino al pueblo. Bruno, mi insoportable tío, me mira directo a los ojos.
-Si hubieras llegado un poquito más temprano, Nico, de más alcanzabas a comer un poco del pollo apanado que cociné -me dice mientras se limpia con la mano un poco de yogurt que le quedó en el labio-. ¡Si vieras lo rico que me queda!
Le respondo que soy vegetariana, pero que si no lo fuera, comería gustosa su famoso pollo. Sé que ama lucirse frente a la familia y siempre desea ser el centro de atención, así que sólo río de la manera más natural posible cuando intenta hacerse el gracioso, evitando gatillar cualquier evento que rompa la aparante tranquilidad que se ha logrado hasta ahora.

Intento concentrarme en comer, pero los cubiertos estan mal lavados. El aceite -probablemente del grasoso pollo que mi familia devoró sin esperar a que me presentara en la reunión- se desliza a través del tenedor. Siento nauseas y deseos de escapar de aquí, de volver a mi departamento y y olvidarme de este horrible día y de todo lo que me espera. Me disculpo y camino rápido al baño. Lavo mis manos meticulosamente. Cómo odio esta casa. Veo óxido y hongos en todas partes. Intento no tocar nada. No quiero llorar. Pongo papel higiénico sobre la tapa del inodoro y orino. Busco un espejo de mano en mi cartera. Aquí estoy de nuevo, esperando que algún evento inesperado me salve de la realidad...

4 comments:

alfaro malebrán; viskovitz said...
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Anonymous said...

amigo eres maravilloso :) yegua de mierda te amo con mi vida!
conita. xD

Simón González Daza said...

:O

Isabel Margarita said...

me encanto.-