Inventario de estereotipo (clase C).-

Chiquilla proveniente de familia católica / situación económica acomodada. Padre desentona por ser de "onda más hippie" / no cree en el dios todo poderoso de ojos azules y barba elegante. Madre muy apegada al Manual de Carreño / fanática de la misa dominical / conocedora de la biblia y devota a esta / viste ropa de multitiendas y aconseja a su hija sobre cómo vestir y le habla sobre la sobriedad de las telas y géneros. Nana peruana / tierna / fiel / de uniforme de trabajo nacarado con manchas de cloro y manos partidas que evidencian su completa entrega al trabajo / cientoveintemil pesos mensuales / puertas adentro / habitación ubicada junto a la puerta de la cocina. Hija única / un poco introvertida / catorce años en un colegio católico de renombre y de altísimos aranceles / no alarde sobre su enorme casa ni respecto a lo que gana su padre en el trabajo / primera licencia durante toda su etapa escolar / de pocas amigas (todas pertenecientes al grupo religioso de la iglesia) / nunca ha tenido compañeros del sexo puesto ya que su madre siempre pensó que un colegio de mujeres era ideal para una señorita / un metro y ochenta centímetros / ochentaicinco kilos / cabello hasta la cintura, siempre muy ordenado en una trenza maría / su acompañante en su fiesta de licenciatura fue su primo (estudiante de medicina) / nunca ha fumado ni lo hará / relató muy exitada a sus amigas la celebración de año nuevo en la que probó un poco de champán / sintió mucha verguenza cuando se habló de sexo en la sala de clases / activa participante del coro de su colegio / aún extraña las tardes de Mekano.

Mándale saludos a la Lucilita, por favor, dile que lamento tanto lo de Augusto. Oye, me estás oyendo o no?, tenemos que ir a comprarle su regalo de onomástico a María Julieta. Sí, discúlpame, es que mi marido no entiende por donde es el camino a esa tiendita que te dije... cómo se llamaba?... bueno, un lugar regio. Tenían de esos manteles que hace un maricón de Providencia. Unos bordados tan bien terminados que me mataron. Por aquí, a la derecha. A la derecha, mierda!. Este hombre está tan viejo, ya no me hace caso en nada. Yo te dije que era el alcohol que le está conectando el cerebro con las bolas. Espera un segundo. Es que me está sonando el pitito de llamada en espera. ¿Alo? mi amor, ¿cómo estás?. Qué bueno. Yo bien, aquí con tu papi que anda haciendo puras huevadas. De compras pues mi linda, si yo no ando perdiendo el tiempo. Estás loca, no vas a ninguna parte. Hoy día te duermes temprano. Porque yo lo digo. No, si no me vas a convencer. Francisquita, no tengo ganas de pelear, ¿ya?. No mi amor, si ya le dije, vaya a acostarse. Olvídalo, no vas a salir con esa rota, es mala influencia para ti. Porque es de una familia de nuevos ricos, últimos de picantes. La mamá el lúnes pasado andaba con una minifalda color rojo que yo vi en remate en una tienda que atendía una indígena de lo peor. De lejos le veía bigote. Asqueroso. Ordinaria, una rota de primera. No, linda, no vas a salir. Disculpa, ahora sí. Es que mi hija quería salir con una bataclana que conoció en la iglesia. Mojigata, mosquita muerta. Si un día la llevó a la casa y la pobre no sabía cómo comer bien huevo. Metió el pan en la sarten, mira la picantería. Es que mi hija es tan influenciable. Es una tonta. A veces me pregunto a quién salió, porque definitivamente a mí no. Al papá tiene que haber sido pues, si siempre fue bien atarantado para sus cosas. Sí, una tonta.